El autocuidado está en auge. De acuerdo con un estudio reciente, el 97 % de los estadounidenses considera importante dedicar tiempo a su bienestar personal. Y no es para menos: más de la mitad de los encuestados se sentían agotados en 2023.

 

Cuando tengo un día realmente terrible, recurro a YouTube y busco un video de tomas falsas de un sketch con John Oliver y el Monstruo de las Galletas presentando las noticias. O quizá uno de un flash mob interpretando una versión de «Do Re Mi» en la estación central de Amberes. O alguno de los más de 200 videos guardados en mi lista de reproducción para «días lluviosos».
Si la situación es grave, me instalo en el sofá y me sumerjo en un maratón de White Christmas, Noises Off y Joe vs. the Volcano. Y si necesito recurrir a la opción más extrema, subo al coche, afronto el tráfico de la I-5 y conduzco hasta la costa. Allí, hundo los pies en la arena fría, respiro el aroma del océano Pacífico y contemplo, siempre con asombro, Haystack Rock, que no deja de recordarme que no soy más que una diminuta mota de polvo en el vasto esquema del universo.

Si usted me preguntara qué hago para cuidarme, le diría todo esto. Pero no soy un buen ejemplo.

Verá, mis formas de cuidarme son puramente reactivas. Fíjese en cómo empecé: «Cuando tengo un día realmente horrible…». No dije: «Para mantenerme sana…» o «Para asegurarme de poder dar lo mejor de mí misma a mi equipo…».

Como me ocurre a mí, muchas personas entienden el cuidado personal como pequeños lujos, indulgencias ocasionales o compensaciones impulsivas que intentan equilibrar el desgaste constante al que nos sometemos. Por ejemplo: he trabajado horas extra toda la semana, así que el sábado me doy un masaje. He estado desbordada con la colada, los almuerzos y los traslados de los niños, así que necesito desconectar. Me escapo el fin de semana a un hotel con piscina y sin móvil.

Pero, ¿es esta realmente la mejor forma de cuidarnos?

Definición de autocuidado

El autocuidado consiste, sencillamente, en cuidarse a uno mismo. Es ese tipo de atención que muchas veces ofrecemos de forma instintiva a los demás, pero que solemos negarnos a nosotros mismos. Implica preguntarse cómo se encuentra, asegurarse de descansar lo suficiente y tratarse con compasión en los momentos difíciles.

Cuando se practica de manera saludable, el autocuidado no es un lujo ocasional para personas agotadas ni una solución momentánea ante el estrés. Tampoco es un simple paréntesis en medio del caos. El autocuidado es la priorización proactiva de actos intencionados que favorecen su bienestar a largo plazo.

En qué puede consistir el autocuidado:

    • Dormir lo que su cuerpo necesite, ya sean cinco horas o nueve
    • Alimentarse de forma que su cuerpo reciba el combustible necesario
    • Mantenerse en movimiento para conservar la flexibilidad y una buena circulación
    • Practicar la gratitud
    • Saber decir «no» cuando así lo requiera su equilibrio
    • Pasar tiempo con las personas queridas
    • Dedicar tiempo a aficiones ajenas al trabajo
    • Cultivar una práctica de meditación o mindfulness

Autocuidado para líderes

El autocuidado puede adoptar una forma diferente en su rol como líder que en otros ámbitos de su vida. En su día a día, quizá encuentre bienestar escuchando pódcast sobre crímenes reales o disfrutando de comida mexicana. Sin embargo, en el ejercicio del liderazgo, el autocuidado puede significar establecer límites saludables, mantener expectativas realistas y gestionar el estrés de forma consciente. Ese taco de pollo crujiente puede ser delicioso, pero difícilmente inspirará confianza en su equipo… a menos que lo comparta. Y aun así, su efecto será efímero.

Para los líderes, el autocuidado no es un lujo, sino una inversión: en productividad, en efectividad y en su sostenibilidad a largo plazo. Le permite modelar el comportamiento que desea ver en su equipo, promoviendo una gestión saludable del estrés, una inteligencia emocional desarrollada y una valoración genuina del bienestar personal.

Cuando usted mejora su forma de liderarse a sí mismo, potencia también su capacidad de liderar a los demás. El autocuidado fortalece la autocompasión, y con ella, la posibilidad de sobresalir sin pretender ser perfecto.

En qué puede consistir el autocuidado para los líderes:

    • Diseñar un espacio de trabajo —ya sea en casa, en la oficina o durante sus desplazamientos— que le proporcione bienestar y energía
    • Establecer rutinas diarias que le ayuden a adoptar una mentalidad enfocada y equilibrada
    • Permitir pausas a lo largo del día para recargar cuerpo y mente
    • Buscar, cuando sea necesario, un cambio de entorno que le renueve la perspectiva
    • Delegar aquellas tareas que no requieran directamente de su intervención
    • Definir y mantener límites saludables que protejan su tiempo, energía y enfoque

El autocuidado es atención primaria

Aunque pueda parecer una moda, el autocuidado está lejos de ser una tendencia pasajera. Para usted, como líder, representa una auténtica ventaja estratégica.

Durante mucho tiempo, muchos —yo incluida— lo consideramos simplemente una respuesta aceptable ante el agotamiento, la enfermedad o las crisis. Sin embargo, el autocuidado es primario en el sentido más literal: debe ser lo primero. Cuando usted lo practica de forma proactiva, no solo protege su bienestar, sino que también potencia su capacidad, incrementa su productividad y contribuye a construir una vida más plena, saludable y satisfactoria.

Sarah Stall

Author Sarah Stall

More posts by Sarah Stall